La importancia del fracaso
La importancia del fracaso
Las experiencias nos enseñan de la importancia del fracaso. Con ellas llegamos a comprender el fondo de las cosas que ocurren y el por qué. Así sabemos que el fracaso tiene un valor experiencial que nos coloca en las puertas del éxito.
No hay éxito que no anteceda al fracaso. Éste, el fracaso, nos va formando el carácter nos va fortaleciendo esa voluntad y confianza para sobreponernos. El fruto tarda en madurar, pero llegará en su momento.
Acerca de cómo gestionar el fracaso, Eckhart Tolle nos dice que “el éxito se esconde en el fracaso y el fracaso se esconde en el éxito, porque tanto el éxito como el fracaso pueden ser bien o mal gestionado”.
Es necesario fracasar para saber que debo cambiar. Por tanto cuantos más fracasos tengas, mas te acercas al éxito. La estrategia que nos ha fallado hay que cambiarla, eso requiere ser flexible y tener una mente abierta. Y poco a poco, fracaso tras fracaso iremos afinando nuestra intuición y con ella nuestra estrategia, hasta que finalmente llegamos a lo deseado.
Siempre ocurre lo mismo, todo el que logra el éxito previamente ha aprendido de los fracasos. Una mala gestión del fracaso nos llevaría a la paralización que provoca el miedo. Y como surge el miedo?
En la infancia hemos sido muy osados, pero conforme crecemos vamos aprendiendo a tener miedo a equivocarnos, consecuencia del rechazo que recibimos del exterior. Una vez sentimos el miedo a fracasar o equivocarnos, nos paramos y no actuamos, y sobreviene la inexperiencia, y con ésta la incapacidad y nuevos temores y como resumen sentirnos unos fracasados. Esta creencia es terriblemente limitante, porque la persona fracasada solo lucha para sobrevivir pero no para mejorar y superarse, porque no cree en ella.
Qué podemos hacer para romper el ciclo del miedo? Pasar su barrera, quitarnos la camisa de fuerza que nos atenaza y lanzarnos al vacío, es decir, matar al miedo haciendo lo que tememos. El miedo siempre nos enseñará las orejas, pero está reconocido por experimentado motivadores: el miedo desaparece en los primeros segundos de lanzarse a hablar al público. Haga lo que teme y la muerte del miedo estará garantizada.
La visualización de las consecuencias positivas del hecho que tememos, también nos puede empujar a realizarlo, ya que el miedo nace en parte por las expectativas de que podemos no lograr lo que queremos.
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